El 29 de octubre de 2020, las organizaciones sociales que son parte del Eje Derechos de las Mujeres de la Plataforma Mercosur Social y Solidario (PMSS) llevaron adelante el conversatorio “La Trata de Personas en el Mercosur: desafíos y experiencias desde las ONG y los movimientos sociales”, con el fin de compartir miradas sobre esta grave violación de los derechos humanos.

Fue un momento de intercambio desde experiencias de organizaciones de países como Chile, Uruguay y Argentina, en base a lecturas de los escenarios actuales de este flagelo, las articulaciones con los movimientos feministas y los desafíos y demandas vigentes. El conversatorio contó con la moderación de Betiana Spadillero (Indeso Mujer), quien introdujo la problemática y aportó los antecedentes de trabajo desde el Eje.

En primer lugar, manifestó que el «Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños», que complementa la «Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacional», más conocido como el “Protocolo de Palermo” define en su artículo 3 la problemática de la trata de personas como:

«La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.
Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios
forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre extracción de órganos».

Como se puede desprender de la definición, en la trata de personas se utilizan diversos mecanismos de explotación para lucrar con la vida y dignidad de las personas, desposeyéndolas de todos sus derechos mediante diversos mecanismos de manipulación y coerción.

Sin embargo, los estudios realizados hasta ahora nos indican que esta problemática es un crimen organizado en el que las víctimas tienen un género y finalidad específica: mujeres para fines de explotación sexual.

El último informe de la UNODC (Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) de 2018 reveló que el 72% de las víctimas detectadas a nivel mundial son de género femenino, de las cuales el 49% son mujeres adultas y 23% son niñas. De todas ellas, el 94% ha sido tratada con fines de explotación sexual.

Si bien estas cifras permiten visibilizar la problemática, ésta es imposible de cuantificar. Se estima que de cada persona que se identifica como víctima de trata, existen 20 más que no se han detectado y no se sabe dónde están. Este antecedente no solo indica la complejidad del fenómeno, sino también la dificultad de dimensionar su alcance y globalidad.

Como Plataforma Mercosur Social y Solidario, se trabaja esta problemática desde el año 2010, ya que la trata de personas con fines de explotación sexual es considerada como un problema social que crece exponencialmente en la región. Desde el Eje Derechos de las Mujeres se trazó una estrategia de acción regional centrada en la visibilización y prevención de esta grave violación de los derechos humanos de las mujeres, ya que a nivel mundial los países que están detectando y reportando más víctimas son los de Sudamérica.

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