Las organizaciones y movimientos sociales constituyen actores que han intervenido a lo largo de la historia en la realidad social y política latinoamericana, sin embargo, pocas veces su experiencia y su desarrollo forman parte de los análisis políticos, que tienden a concentrarse en los partidos y alianzas políticas, las coyunturas electorales, los programas de gobierno y sus respectivos oponentes. En otros casos, el análisis político se nutre de los estudios económicos y sociales que dan cuenta del estado de desarrollo de la economía o de indicadores de desarrollo social que comprometen a los pobres y a los grupos sociales más desfavorecidos.

La ausencia e invisibilización de las prácticas y proyectos de las organizaciones y movimientos sociales no solo representa un sesgo analítico (que prescinde o pone en un segundo plano a los movimientos) sino que al mismo tiempo representa una forma de negación de su actoría y de sus modos de intervenir y disputar espacios, sentidos y proyectos de cambio en la sociedad.

Es verdad, por otra parte, que las organizaciones y movimientos sociales establecen relaciones con los partidos, las alianzas políticas y el Estado, pero ello no agota su historicidad ni sus grados de autonomía con relación al Estado y los sistemas políticos.

En nuestra Plataforma MERCOSUR Social y Solidario han convivido diversas visiones sobre los movimientos sociales y las alternativas políticas, que dependen de las historias de nuestros países, así como de las “culturas políticas” nacionales. Los cambios en el contexto regional, en los últimos años, así como nuestras propias prácticas que se desenvuelven en alianzas y relaciones con los movimientos y organizaciones sociales, nos obligan a repensar y enriquecer nuestras miradas a la “realidad” y a los movimientos y organizaciones sociales como “actores” que están interviniendo, disputando, proponiendo y desarrollando “alternativas” de cambios sociales, culturales y políticos.

Esta perspectiva, que no es nueva y que alcanzó importantes desarrollos con la Educación Popular, nos pone nuevos desafíos, que básicamente apuntan a producir análisis social y político, cuyo punto de partida sea la propia experiencia y el protagonismo de los movimientos y organizaciones sociales. Ello no descarta la relación que los movimientos establecen con las alternativas políticas partidarias, con la economía o con las instituciones del Estado, pero pone el acento en la propia “actoría” de las organizaciones y los movimientos sociales. Esta es, por lo demás, un modo de procesar el protagonismo y la historicidad de nuestros propios pueblos.

Para avanzar en nuevas formas de análisis político, que tengan en consideración las prácticas de los movimientos sociales en la Plataforma MERCOSUR Social y Solidario, nos propusimos dar un primer paso, y realizar un “mapeo” de los movimientos sociales en cada uno de nuestros países, que presentamos a continuación. Como se trataba de un primer paso, enfatizamos en hacer, por ahora, una mirada más bien descriptiva, sin embargo, de acuerdo con la realidad de cada país, más de uno de los trabajos avanzó también en perspectivas analíticas nuevas o formas en que se está haciendo
la lectura de los movimientos sociales, desde las ciencias sociales, en cada uno de nuestros países. Incluimos, al final de este dossier, algunos comentarios generales que apuntan a problematizar nuestras miradas e invitan a plantearnos nuevos problemas relativos al carácter de los movimientos sociales y a su impacto en el campo político.

Mario Garcés
ECO, Educación y Comunicaciones
Coordinador del Dossier

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